Productoras y Productores de la Agricultura Familiar Fortalecen sus Medios de Vida en Piura – Perú
Productoras y Productores de la Agricultura Familiar Fortalecen sus Medios de Vida en Piura – Perú https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2023/10/Segur.Alimentaria-Peru-FRS-202334.jpeg?fit=1080%2C486&ssl=1 1080 486 Fundación FRS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2023/10/Segur.Alimentaria-Peru-FRS-202334.jpeg?fit=1080%2C486&ssl=1
Órgano subvencionador: Junta de Andalucía
Subvención: 80.000 EUROS
Duración (en meses): 12 MESES
Fecha de inicio: Dic 2022
Fecha prevista de finalización: Ene 2023
Contrapartes locales: CIPCA
Descripción del Proyectó:
El proyecto promueve el fortalecimiento de productoras/es de los distritos de San Juan de Bigote y Lalaquiz con énfasis en las mujeres propietarias de parcelas y aquellas cuyo trabajo productivo es invisibilizado por no tener la propiedad. Ellas tienen menor acceso a capacitación, asistencia técnica e insumos, pero trabajan la tierra con sus parejas y se quedan a cargo de ella cuando los productores migran en busca de otros ingresos.
Se fortalecerá sus medios de vida mejorando su asociatividad, producción agroecológica para la recuperación de sus sistemas productivos frutícolas y alimenticios, cuya capacidad productiva y de intercambio local, fue afectada por los impactos del COVID19.
Recibirán asesoría y capacitación en el manejo agroecológico, control fitosanitario y el acceso al mercado, desde una perspectiva de igualdad de género y de empoderamiento de las productoras, en un marco de alianzas con las municipalidades y actores públicos y privados.
La principal causa de vulneración de los derechos en la agricultura familiar se relaciona con las brechas de género. En los distritos del proyecto las mujeres productoras tienen un rol importante en el trabajo productivo que aportan para garantizar el bienestar de sus familias, junto a sus parejas. Sin embargo, su trabajo no es remunerado, reconocido y tienen que enfrentar muchas dificultades, desde barreras personales hasta legales, institucionales, socioculturales y económicas. La subjetividad de las mujeres ante su labor productiva y derecho a un empleo digno, es una clara consecuencia de la socialización patriarcal a la que se han visto sometidas. Su asignación histórica al trabajo reproductivo les ha brindado menos oportunidades que a los hombres de desarrollar emprendimientos y de potenciar sus capacidades técnicas, de autonomía y financieras para trabajar sus parcelas, y acceder a los recursos agua, propiedad de la tierra, créditos, tecnología, capacitación, asistencia técnica y acceso al mercado. Y cuando han logrado acceder a estos recursos, las políticas, programas y metodologías han sido diseñadas pensando más en las necesidades de los hombres, excluyendo a las mujeres, asumiendo que los productores son solo hombres.
Más informaciónEn general, las productoras y productores, desarrollan esta actividad haciendo uso de sus limitados recursos y sin mayor apoyo estatal, ya que, hasta ahora, la política pública agraria nacional se ha orientado, desde hace más de 30 años, a promover la agricultura de exportación, desarrollada por las grandes empresas agroindustriales y agroexportadoras ubicadas, en su mayoría, en la zona de costa. Esta condición de desigualdad en la atención a la agricultura familiar aún persiste, pese a la existencia de normas legales que, supuestamente, favorecen a las pequeñas productoras y productores, pero que en la práctica tienen poca efectividad de cumplimiento, en los tres niveles de gobierno que existen en el país: local, regional y nacional.
Esta situación se ha agudizado con la pandemia del COVID-19, en la que nuevamente la agricultura familiar ha tenido una desigual atención, pese a que es el principal sector que provee de alimentos frescos a la población. En este contexto, mientras la ayuda estatal implementó el Programa Reactiva Perú con un fondo de 60,000 millones de soles de crédito barato, dirigido al sector empresarial, la pequeña agricultura nacional solo fue objeto de un Programa de crédito de 2,000 millones de soles que, por los altos costos y el proceso burocrático ligado al funcionamiento del sistema financiero nacional, solo ha logrado ejecutar el 2% del fondo aprobado. Esto ha obligado a las productoras y productores de la agricultura familiar a consumir sus pocos recursos disponibles, en muchos casos agotando sus stocks de semillas o afectando el rendimiento de sus cultivos debido a la desatención hacia éstos, motivada por la carencia de recursos para financiar tareas agronómicas claves, como el abonamiento y el control fitosanitario.
De otra parte, la población de los distritos de sierra es objeto de menor atención en cuanto a servicios públicos. Los distritos en los que se localiza el proyecto presentan altos índices de incidencia de pobreza en su población; así mientras en toda la región Piura el índice de incidencia de la pobreza en la población es de 31.5%, en los distritos de Lalaquiz y de San Juan de Bigote este índice es de 67.55% y 68.7% respectivamente.