JUNTOS CON LA FUNDACIÓN BARCELÓ PARA MEJORAR LA ALIMENTACIÓN DE LAS FAMILIAS DE KAIKOR-KENIA
JUNTOS CON LA FUNDACIÓN BARCELÓ PARA MEJORAR LA ALIMENTACIÓN DE LAS FAMILIAS DE KAIKOR-KENIA https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2019/07/Kenia_FUNDACION_BARCELOFRS600.jpg?fit=600%2C450&ssl=1 600 450 Fundación FRS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2019/07/Kenia_FUNDACION_BARCELOFRS600.jpg?fit=600%2C450&ssl=1A mediados del mes de mayo se inició el proyecto apoyado por la Fundación Barceló para la compra e instalación de “5 invernaderos para mejorar la alimentación de las familias de Kaikor-Kenia”, donde Las hermanas Marianitas son las responsables de llevarlo a cabo.
Las hermanas Marianitas, llegaron a la zona de Turkana en 2009, a la parroquia de Kaikor, frontera con el sur de Sudán y Etiopía. Además de Kenia, tienen presencia en otros países como Etiopía, Guinea Bissau, Papua Nueva Guinea, Filipinas, España, Estados Unidos, México, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Chile y Ecuador, cuna de la Congregación.
Fieles a su misión, su trabajo en los paises donde tienen presencia, se centra en educadores y de grupos jóvenes adultos y niños. Así mismo, desde su centro en Kenia sostienen pequeños huertos con los que tratan de alimentar al mayor número de personas y atienden centros de rehabilitación nutricional (guarderías), dispensarios de atención permanente para ayudar a la población Turkana, minoría étnica en condiciones de subdesarrollo extremo que viven una economía de subsistencia. En el pasado era un pueblo nómada en búsqueda de agua para sus animales, actualmente y por la fuerte sequia que asola este Distrito, se han convertido en seminómadas, formando pueblos como Kaikor. Es común escucharles que comen cada 3 días, que con un té fuerte pasan el día, o que sobreviven gracias a la sangre de cabra con leche, porque la tierra no les permite cultivar.
Turkana, es una de las zonas más pobres del planeta según el último informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Se trata de un terreno semidesértico. La temperatura supera los 40 grados. Para que se produzca algún alimento en la tierra, hay que regar dos veces al día, pero el problema es que no hay agua. La contraparte cuenta con pozos que se destinan para consumo propio principalmente y para la agricultura cuando hay cultivos. En la búsqueda de formas de ayudar, se identificó la necesidad de introducir y consolidar la agricultura como una prioridad. Esto ayudaría a alimentar a las diferentes comunidades pastoralistas.
Gracias a la donación de la Fundación Barceló se podrán comprar e instalar 5 invernaderos con el objetivo de producir diferentes hortalizas para que más de 700 personaspuedan alimentarse.