Proyecto: «Programa nutricional de 210 niños y niñas entre 1- 9 años en los Municipios de La Laguna, Puerto Parada, Nueva Concepción, Amate, San Fernando, El Salvador y Olosingo, Honduras».
Descripción
Después de realizar la desparasitación a 1.200 niños y niñas en los lugares escogidos como área de impacto del proyecto, debido a la realidad de pobreza (Según un estudio realizado por las NNUU para el Desarrollo en 2017 en Chalatenango, el 47,13% de los pobladores viven bajo el umbral de la pobreza) y siguiendo los parámetros de talla y peso para la detección de la desnutrición, hemos escogido 210 niños y niñas. Para el presente proyecto se ha visto más adecuado alcanzar a un grupo pequeño al que poder realizar un seguimiento y una intervención de forma más intensa dada la gravedad de los casos.
Después de estudiar varias opciones como lo son: huertos caseros, gallinas, entre otros, se ha visto más adecuado que lo mejor era optar por una alternativa sencilla y nutritiva al alcance de todos. Se estudiaron los componentes nutricionales de las diferentes bebidas nutricionales distribuidas en el país (el país no cuenta con una bebida propia, sino que importa especialmente de Guatemala las harinas que se distribuyen en los comedores escolares del país) y se llegó a la conclusión que no cumplen con los nutrientes que consideramos necesarios.
Con el apoyo de una nutricionista se buscaron las propiedades de tres semillas propias cultivadas en el país (sostenibilidad del proyecto en el futuro y seguridad alimentaria para las familias). Se escogió soja, maíz y maicillo ya que la combinación de la tres produce la presencia de los 9 aminoácidos esenciales para la nutrición y que además presentan la cantidad de calcio y nutrientes necesarios para crear “una bomba nutricional” así le llamamos.
Más informaciónCon dichas semillas se ha elaborado una formula exacta a la cual fue agregado guineo para darle sabor. El resultado fue: atol y una bebida la cual hemos estado ofreciendo como prueba a varias personas y niños que nos visitan en la Clínica para saber si es aceptada por los niños. Realmente ha sido todo un éxito y los niños la toman con gusto.
Consideramos que la bebida será una respuesta alimentaria a las necesidades nutricionales de los niños y niñas y que en un máximo de 4-5 meses los niños deberían recuperar el peso y la talla. Además, queremos incorporar un vasito de leche de cabra y si es posible elaborar el atol con la leche de cabra y no con agua para completar el balance de grasa. Por este motivo, el proyecto se desarrollaría de la siguiente manera:
En un período de 6 meses se visitarían 26 comunidades escogidas. En cada comunidad se tomarían las muestras para el laboratorio, identificación de cada niño (a) y se haría a la vez una campaña de sensibilización sobre la importancia de la higiene en el momento de preparar los alimentos en los padres de familia y del recordatorio del lavado de manos en los niños.
Se tomaría talla y peso por parte de la enfermera, los niños pasarían con el doctor y la nutricionista, la cual le entregaría la harina correspondiente para el mes de acuerdo a los hallazgos.
Se entregaría (previo acuerdo) una cabra por cada 3 familias (210 familias) de forma que ellas se comprometan a cuidarla, y se reparten la leche. Al parir la cabra, su cría iría a una de las familias y así hasta llegar que cada familia tenga su propia cabrita. Al final se entregaría una cuarta cabrita al proyecto para que se pueda dar la sostenibilidad del mismo con otras familias.
Cada mes se visitarían las comunidades, se volvería hacer chequeo médico, talla, peso y entrega de la harina por parte de la nutricionista y enfermera, además se evaluaría el rendimiento de los niños en edad escolar.
A los padres se le entregaría dos libras de soja y maicillo por familia y el correspondiente abono. Firmarían un contrato comprometiéndose con el cultivo y cuido de la cosecha. Además, se comprometerían a apartar parte del maíz sembrado por ellos para entregar para la elaboración de la harina. La cosecha y recogida llevaría otros seis meses, de forma que el proyecto si lo iniciamos en enero nos llevaría hasta septiembre u octubre.