EL AYUNTAMIENTO DE MADRID VISIBILIZA NUESTRO TRABAJO

UN TRABAJO CONJUNTO PARA LA PREVENCIÓN DE LOS RIESGOS DE DESASTRES NATURALES EN FILIPINAS.

Parte de la satisfacción que se tiene al empezar un nuevo proyecto, es saber que el trabajo que se lleva realizando desde antes del inicio de las convocatorias, durante el periodo de ejecución y por supuesto después, tras su finalización, culmina con la sostenibilidad, perdurabilidad, sonrisas y agradecimientos, valores que garantizan, reflejan y demuestran “de cierto modo” el buen resultado de todo ese trabajo en pro de los más vulnerables.

Pero hay otro tipo de satisfacción, como el que se da con el choque de palmas, que genera “gran estruendo”, inyecta energía y crea emoción, al saber que trabajamos en la misma dirección por un bien común. Ese “choque de palmas” es en este caso el apoyo moral y alentador recibido de los subvencionadores (no solo es económico) al visibilizar y proporcionar reconocimiento de un trabajo conjunto.

 

 

 

Es grato hacernos eco de la publicación que el Ayuntamiento de Madrid hace a través de su web, apoyando al proyecto en el que actualmente trabajamos y que fue concedido mediante la convocatoria de proyectos del año 2021, para contribuir a reducir las consecuencias de previsibles desastres naturales en dos comunidades filipinas, Siruma y Tinambac, donde las situaciones generadas por los fenómenos naturales, se toman como principal generador de pobreza y violación de derechos en algunos barangays, proyecto con el que también se pretende mejorar la capacidad de respuesta de las administraciones públicas, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) y las comunidades en situación de vulnerabilidad ante desastres naturales a través de políticas igualitarias y de protección para todos los colectivos sociales.

Desafortunadamente, las familias y las comunidades todavía no están preparadas y se encuentran desprevenidas para los fenómenos naturales de alta intensidad, como evidencian las muertes durante el tifón Yolanda en 2013 estimadas en 6.300, o en los tifones más recientes (2020) Quinta, Rolly y Ullises que dejaron 98 fallecidos en toda la región de Bicol y 19 desaparecidos, con un total de más de tres millones de afectados. Sus efectos debilitantes en las vidas y los medios de vida minan las iniciativas del país para sostener el desarrollo humano y el disfrute de DDHH. A este contexto se le ha sumado la Covid19, generando más de 557 mil casos en toda Filipinas, y cerca de 12.000 muertos, lo que complica no solo la normalidad cotidiana, sino la implementación de los actuales protocolos ante desastres, que no están adaptados a las exigencias sanitarias que requiere la presente pandemia.

Poder utilizar el bagaje de nuestro trabajo en Filipinas, aplicarlo a las buenas prácticas como lecciones aprendidas de los proyectos anteriores ejecutados en Bicol para mejorar las sinergias con las Unidades de Gobierno Local y los grupos de interés, son definitivamente un equipaje enriquecedor que, junto a Caritas y la población local, facilitarán la participación y compromiso en la implementación del nuevo proyecto.