ES TIEMPO DE ESCUCHAR LA REALIDAD PARA OFRECER LO MEJOR DE NOSOTROS
ES TIEMPO DE ESCUCHAR LA REALIDAD PARA OFRECER LO MEJOR DE NOSOTROS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2020/03/coronavirusnewsl0320mad.jpg?fit=621%2C342&ssl=1 621 342 Fundación FRS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2020/03/coronavirusnewsl0320mad.jpg?fit=621%2C342&ssl=1Cuántas veces hemos tenido que informar de situaciones críticas para la salud y la dignidad de las personas desde FRS. Demasiadas. Quizás tantas que nos hemos acostumbrado tristemente a ver la noticia, recibir la información y pasar página. Puede ser cuestión de supervivencia psicológica, puede ser opción egoísta camuflada en impotencia, puede ser… pueden ser tantas cosas.
Hemos visto tsunamis, terremotos, volcanes, hambrunas, enfermedades, guerras… y todo lo que cada uno de esos jinetes del Apocalipsis lleva de la mano: muerte, dolor, destrucción, huida, refugiados, violencia, sufrimiento,… Un ejército devastador que con relativa frecuencia salta al campo de batalla de la vida diaria y desenfunda con crueldad su espada pasando a cuchillo a miles de inocentes, pobres, desamparados, niños…
Pero normalmente encontramos la solución fácil. Es una solución digital. Se apaga con el mando la tele o se cambia de canal. Se cierra el navegador de internet pinchando una x y cerrando el periódico digital. Se pulsa “eliminar” en la bandeja de correo donde nos llegó la noticia. Se pasa el dedo por la pantalla del móvil para salir de la aplicación. Es todo tan limpio. Tan rápido. Tan fácil.
De este modo quizás nos hayamos mal criado a pensar que el dolor insoportable o la angustia humana forma parte de un “Mátrix”, una realidad virtual y cibernética, a la cual nos podemos conectar o desconectar según nuestra voluntad.
Es indudable que algo así nos debe pasar cuando no terminamos de entender la realidad, hasta que de repente, por sorpresa, la realidad se planta en medio del salón de nuestra casa y nos dice “hola”. Bueno, nos dice más cosas… Nos dice “hola, ¿te creías invencible?” o quizás un “hola, ¿piensas que tu vida es mejor que la de otros?”, o quizás de forma más chulesca no espeta a la cara “hola, valiente… ¿y ahora qué?”
Con la crisis del COVID-19 nos encontramos ahora en una situación donde todas nuestras seguridades parecen desvanecerse. Donde tantas verdades que hemos oído no aguantan un segundo a la luz de la realidad, y se desvanecen como pequeños vampiros al sol. Donde los salvadores y nuevos mesías se encuentran guiando a un pueblo al cual han llevado a un desierto sin saber por dónde avanzar o por dónde seguir.
Quizás ahora veamos y comprendamos la realidad de otros modos. Quizás ahora entendamos el sufrimiento de los que ven avanzar la muerte sin ningún escudo de protección. Quizás ahora comprendamos la desesperación de un padre ante el hambre de sus hijos. Quizás ahora lloremos como los que lloran sin poder despedir a sus enfermos o fallecidos. Pero eso no está siendo una realidad nueva en el mundo: pasa en tantos países y en millones de personas al año… pero en nuestro Mátrix digital es más fácil de gestionarlo.
Y nos sentimos más cerca de ellos sólo ante la hipotética posibilidad de que haya desabastecimiento en los mercados… anunciada con miedo pero no presente en la realidad. Y nos sentimos más cerca de los que se sienten cercados por la enfermedad, cuando tenemos un sistema sanitario de calidad al servicio de todos. Y nos sentimos tristes ante la enfermedad o muerte… porque eso en el fondo es lo que nos lleva a sabernos iguales a todos los hombres. Seremos distintos en nuestras condiciones de vida y situación, pero todos afrontaremos con total seguridad el mismo trance algún día.
No sé cuándo se publicará la Memoria 2019 de FRS. O al menos cuando estoy escribiendo esto no lo sé. Esa incertidumbre no me angustia. Y no me angustia porque antes o después podremos decir, a quien lo quiera leer, que en FRS buscamos “no estar en Mátrix”. Intentamos en la medida de nuestras posibilidades escuchar la realidad. Y en esa escucha, ofrecer lo mejor de nosotros. Lo mejor de tantos que trabajan sobre el terreno. Confío que la lectura de esta memoria de un año de trabajo te ayude a ver la vida que juntos podemos hacer brotar. En esta memoria encontrarás lo que hemos hecho entre todos los que intentamos ser capaces de escuchar las voces que reclaman de nosotros una respuesta.
Una respuesta a una pregunta que desde hace muchos años resuena en el corazón de los hombres. ¿Dónde está tu hermano? Pregunta clave cuya respuesta origina una dinámica de sanación o de muerte, una dinámica de justicia o injusticia, una dinámica de esperanza o de angustia. La pregunta la sabemos, ¿tenemos clara la respuesta?
Javier Poveda González – Director de FRS