LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN FILIPINAS
LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN FILIPINAS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2021/12/N25FILIPINAS.jpg?fit=1080%2C542&ssl=1 1080 542 Fundación FRS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2021/12/N25FILIPINAS.jpg?fit=1080%2C542&ssl=1UN PROBLEMA QUE SE ACENTÚA EN TIEMPOS DE CATÁSTROFE.
La violencia de género es un mal extendido en todo el planeta. Y Filipinas no es, en absoluto, una excepción. Una de cada cinco mujeres filipinas de entre 15 y 49 años ha sufrido algún tipo de violencia física y/o sexual y solo el 30% de estas ha solicitado ayuda y apoyo de las administraciones públicas, frente a un 66% que ha preferido buscar ayuda en el entorno familiar.
Esta situación se agrava cuando ocurre un desastre, sea cual sea el tipo de emergencia que se produzca. En esas circunstancias, las mujeres se enfrentan a numerosos tipos de violencia, entre otros: violencia de pareja, matrimonio infantil precoz y forzado, violencia sexual, explotación sexual y trata.
Teniendo en cuenta que Filipinas ocupa el octavo lugar del mundo en cuanto a riesgos de fenómenos naturales extremos, no resulta difícil imaginar que éste es un problema de grandes dimensiones que afronta el país.
Los desastres a los que se enfrenta Filipinas incluyen tifones, inundaciones, deslizamientos de tierra, terremotos, erupciones volcánicas, incendios forestales, sequías, aumento del nivel del mar, tsunamis y emergencias de salud pública. Con esta variedad tan amplia de emergencias, puede fácilmente comprenderse que un porcentaje amplísimo de la población está amenazada o afectada por uno o varios tipos de emergencia y, por tanto, que el riesgo que asumen las mujeres filipinas es elevado y muy real.
Las autoridades filipinas, conscientes de este grave problema, han incorporado desde hace años políticas específicas en la planificación y respuesta ante desastres, para tratar de eliminar la violencia de género antes, durante y después de las catástrofes.
Dentro de las medidas establecidas para períodos de no emergencia, se encuentran las Oficinas de Violencia contra la Mujer (conocida por su acepción inglesa como VAWC Desks) que, según la normativa filipina, deben existir en cada uno de los barangays (algo así como barrios o distritos) que hay en todo el país. Estas oficinas sirven para ayudar, en primera línea, a las víctimas que sufren abusos físicos, sexuales, psicológicos, económicos o de cualquier otro tipo.
A día de hoy podemos decir que la mayoría de barangays del país han incorporado ya estas oficinas, por lo que la atención se centra ahora en reforzar la funcionalidad de los servicios de atención a la violencia contra la mujer existentes. FRS desarrolla actualmente acciones encaminadas a este fin en los 10 barangays en los que trabaja, dentro de las Municipalidades de Siruma y Tinambac.
Un elemento importante de la funcionalidad es asegurarse de que los funcionarios de estas oficinas estén capacitados para tratar los casos con sensibilidad de género, informar a la víctima de sus derechos y sus opciones, derivarla a otros servicios para que reciba asistencia (sanitaria, legal y jurídica) y, si fuera necesario, emitir una Orden de Protección para la víctima. Para ello, FRS ha llevado a cabo actividades formativas junto a la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas, así como actividades de seguimiento y verificación del cumplimiento de la normativa.
Digna Chavez, funcionaria designada en el VAWC Desk de Boboan, en Siruma, Expresa la necesidad de que las mujeres conozcan lo que estas oficinas pueden hacer por ellas y que pierdan el miedo a denunciar. Por su parte, Nomelita Miraña, su homóloga en Pamintan-Bantilan, también en Siruma, resalta la importancia de que los funcionarios estén formados adecuadamente, así como de que se hagan actividades de sensibilización orientadas tanto a mujeres, como a hombres, pero también para los niños y niñas. “Todos deben conocer sus derechos y los hombres deben saber que sus acciones violentas tienen consecuencias”, expresa.
Cabe destacar que, dentro del mismo proyecto financiado por AECID, se llevan a cabo acciones de sensibilización y concienciación en materia de derechos humanos e igualdad de género para los trabajadores públicos, estudiantes y profesorado de centros educativos y organizaciones de la sociedad civil.