LOS MANGLARES, APOSTANDO POR LAS INFRAESTRUCTURAS VERDES

UN MÉTODO EFICAZ PARA LA REDUCCIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES EN FILIPINAS.

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Una parte importante de la población de la región de Bicol, en Filipinas, vive en la costa. La mala conservación de las zonas costeras y el cambio climático están aumentando drásticamente los riesgos de inundaciones, la erosión y los fenómenos meteorológicos extremos, poniendo en riesgo la vida de miles de personas vulnerables, sus propiedades, sus medios de vida y las infraestructuras.

Entre octubre y noviembre de 2020, tres tifones golpearon la región de Bicol, entre ellos el supertifón Goni, de categoría 5, causando la muerte de al menos 20 personas y la huida de más de 350.000. Goni, uno de los ciclones tropicales más poderosos de los últimos decenios y el más potente observado en 2020, con vientos que alcanzaron los 225 km/hora, desencadenó inundaciones, así como deslizamientos de tierra que enterraron casas, dañaron puentes, carreteras y campos de cultivo.

Con la aceleración del cambio climático, se prevé que estos fenómenos sean cada vez más frecuentes y violentos. La inclusión de acciones como la reforestación y conservación de manglares ayuda a la prevención y mitigación de los efectos de estos desastres de origen natural, y a convertir estas zonas en comunidades resilientes.

En las últimas semanas, en el marco del proyecto en ejecución en Filipinas, financiado por AECID, hemos comenzado la reforestación de los manglares de las zonas costeras de las municipalidades de Siruma y Tinambac. Para ello se ha realizado una acción formativa previa a diversos miembros de las comunidades con el objetivo de sensibilizarles y capacitarles en la reforestación y conservación de los manglares para la protección de la costa y de la biodiversidad. Posteriormente todos ellos han participado en la plantación de los mangles en sus respectivas zonas.

Además de su innegable importancia medioambiental, uno de los muchos beneficios de los manglares para estas comunidades costeras es su capacidad para amortiguar los impactos de tormentas y tifones. Las raíces aéreas de los manglares retienen los sedimentos y evitan la erosión, mientras que tanto las raíces, como los troncos y las ramas atenúan la fuerza del viento y de las olas y reducen las inundaciones.

Es lo que se denomina “infraestructuras verdes”, como un enfoque para la protección y restauración de los ecosistemas naturales, como los manglares o los arrecifes de coral y que, según algunos expertos, podrían ser tan eficaces para proteger a las comunidades costeras como las “infraestructuras grises” (por ejemplo, los diques de contención).