#ONLY ONE EARTH- LA LUCHA CONTRA EL PLÁSTICO, EN DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE EN FILIPINAS
#ONLY ONE EARTH- LA LUCHA CONTRA EL PLÁSTICO, EN DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE EN FILIPINAS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2022/07/FILIPINAS-CAMAPANA-PALSTICO1-scaled.jpg?fit=1080%2C615&ssl=1 1080 615 Fundación FRS https://i0.wp.com/www.fundacionfrs.es/wp-content/uploads/2022/07/FILIPINAS-CAMAPANA-PALSTICO1-scaled.jpg?fit=1080%2C615&ssl=1La defensa del cuidado y la protección medioambiental es una constante en la labor que desarrolla FRS en Filipinas. Todos los proyectos que se desarrollan en el país incluyen acciones y actividades que demuestran este compromiso. Este año, coincidiendo con las celebraciones por el Día Mundial del Medio Ambiente, hemos querido visibilizar una problemática de grandes dimensiones que afronta el país: la utilización indiscriminada de plásticos de un solo uso.
Con la finalidad de concienciar a la población de este problema y de la necesidad de cuidar el medioambiente y, bajo el lema de Naciones Unidas para este año “Una Sola Tierra” (#OnlyOneEarth), se celebró el 13 de junio una jornada con diversas actividades en la que participaron casi un centenar de miembros de la comunidad. En primer lugar, se realizó una limpieza de residuos en la zona costera, donde se recogieron 30 sacos de 25 kilos de capacidad, que se llenaron fundamentalmente con residuos plásticos. A continuación, se reforestó una zona costera de manglar con la plantación de 3.000 plantones de mangle. Finalmente, la doctora en estudios ambientales de la Universidad Estatal de Agricultura de Bicol Central (CBSUA), Doña Girlie Jaucian, impartió una interesante charla bajo el título “How to turn plastic pollution into plastic solution” en la que se centró en el problema que generan los plásticos y la importancia de reducir su uso. A todas las personas participantes se les entregó una bolsa de tela especialmente diseñada para la jornada, como ejemplo de pequeñas acciones que pueden realizar a nivel individual.
El lugar donde se celebró la jornada, no fue elegido al azar. Tambang es uno de los barrios rurales (o barangays) beneficiarios del proyecto financiado por la AECID que está a punto de finalizar. Situado en la costa de la Municipalidad de Tinambac, en la región de Bicol, es un lugar de gran belleza, con una naturaleza exuberante, playas de fina arena, exóticas barcas de pescadores y enormes palmeras que llegan hasta la misma orilla, además de manglares y nipas que acogen una preciada biodiversidad. Sin embargo, su población se enfrenta constantemente a riesgos derivados de fenómenos naturales adversos, principalmente tifones, tsunamis, inundaciones y deslizamientos de tierra.
Como ocurre en otros tantos lugares de Filipinas (y del mundo), el entorno de Tambang se ha visto castigado durante años por la acción humana. La puerta de atrás de este paraíso natural muestra graves problemas medioambientales, como talas indiscriminadas de árboles para ampliar tierras de cultivo o para nuevas construcciones y deforestación de manglares para su uso como madera. Pero hay un problema que, tal vez por lo visible que resulta a los ojos, sobresale entre los demás: los residuos plásticos que invaden cualquier rincón de este lugar y que provocan una contaminación muy preocupante, que está afectando, entre otros, a la salud, a la calidad de vida y a la economía de sus habitantes, observándose una merma progresiva de las capturas de los pescadores (principal fuente de ingresos de esta zona), lo que genera un aumento de la pobreza.
El problema de los plásticos es generalizado en Filipinas. Se calcula que, a nivel mundial, cada año acaban en nuestros océanos entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico y Asia contribuye en más del 80% a estas emisiones marinas. Filipinas es el tercer país del mundo que más contribuye, con un estimado de 0,75 millones de toneladas métricas de plástico mal gestionado que entran en el océano cada año.
En el caso de Tambang, como en tantos otros, muchos de los residuos provienen de otras zonas. La pleamar trae consigo la basura que queda depositada en este lugar una vez que baja la marea.
Se trata de un problema de difícil solución. Existen indudablemente ineficiencias de los sistemas de recogida, transporte, tratamiento y eliminación de residuos, pero la generación de plásticos es de tal magnitud, que la solución pasa irremediablemente por una reducción drástica en el uso de los mismos. En Filipinas es inviable una cesta de la compra exenta de plásticos. La mayoría de los productos llegan plastificados directamente de fábrica y muchos de los que no, son plastificados posteriormente por los propios supermercados, incluyendo frutas y verduras. No ha calado aún la cultura de las bolsas reutilizables y existe además una tendencia exagerada a los productos monodosis (sobres individuales que permiten comprar café, champú, jabón para la lavadora y casi cualquier producto, de manera más accesible para las familias con menos recursos, pero que son una pesadilla medioambiental y que incrementan de forma desmesurada la generación de los residuos plásticos).
Sin duda es fundamental la implicación de los gobiernos y de las industrias, en especial de las multinacionales. Pero también hace falta una educación medioambiental y una concienciación de la población, que les haga partícipes del cambio. Y es hacia este último objetivo, hacia donde FRS orienta sus esfuerzos, y donde ha aportado, tal vez, durante esta jornada, su pequeño granito de arena. Por el bien de las generaciones futuras, esperamos que así sea.